Leña - recuerdos de un viejo árbol

El árbol de mi barrio

 


Cuando voy a cruzar el parque siempre me detengo a mirar la naturaleza muerta representada en un viejo y leñoso árbol. Se encuentra totalmente seco y no terminan de cortarlo. Ninguna tormenta ha sido capaz de derribarlo.

No todos los árboles muertos son tan bellos como ese, pensaba está mañana cuando iba camino al parque. Meditando en que el único muerto hermoso que todos admiramos cuando leemos sobre él, que dio y dará que hablar en las aulas de clase de habla hispana es “El ahogado más hermoso del mundo” de Gabriel García Márquez.

Nada hay de bello en lo muerto, ni siquiera una fiera africana es hermosa muerta, mucho menos un muerto judicial. Lo macabro, lo terrorífico de la muerte se acaba cuando nos enfrentamos en la realidad de la vida con ella, porque algún familiar o persona conocida a fallecido. 

No creo en un día de la mujer, no creo en el día del médico, todos los días son de mujeres, de médicos, de madres, de hijos. Solo podemos exaltar a todos los médicos, especialmente aquellos que aun cumpliendo con su deber son como esa naturaleza muerta en el momento de ver como se acaba una vida. Para seguir ayudando a que se conserven las que, si pueden ser restauradas y seguir pensando en la forma de mejorar la ciencia, la salud y la calidad de vida de todos.

Nos resecamos cuando no alimentamos nuestro espíritu adecuadamente. La belleza que está en nuestra alma necesita refrescarse con la belleza que aprecian nuestros ojos. 

Es agradable mirar a la mujer bonita, al hombre mayor cuando quiere cruzar la línea de la madurez y depende de las mujeres que lo admiran para salir adelante.  

Es lindo mirar un hermoso bebe dormido en sus primeras etapas, verlo correr y aprender a explorar los lugares con paso incierto, pero lo que es insoportable es el hombre o la mujer que cuida los bienes ajenos, descuidando los suyos.