Barranquilla ciudad acogedora

Barranquilla actual- Barranquilla siempre igual

Lo que distingue a una comunidad son los cambios que se van dando sin perder el reconocimiento de su gente. Colombia es un país de rebusque, de personas trabajadoras que inventan cosas muy jocosas y al mismo tiempo productivas.

Si nos vamos al interior del país nos daremos cuenta de que, a pesar del clima y las diferencias con otras regiones, los antioqueños son los abanderados en mostrar su ingenio. Así la costa norte también tiene unas características especiales y amadas por todas aquellas personas que viven o han vivido durante largos años en ella, especialmente en “La Arenosa”, nuestra bella Barranquilla.

Aquellas personas que se deleitan mirando por cable los programas de comidas exóticas en algunas lejanas ciudades del mundo, no tiene que ir muy lejos para encontrar esos lugares en su propia ciudad.


Intendencia fluvial y sus vendedores ambulantes de alimentos

Si eres una persona que no puedes tocar el suelo que pisas, no te gustan que cuando vayas por algún lugar te tropiecen o alguien sin o queriendo te jale por algún lado para indicarte algo, no vayas a estos sitios.

Porque aquí en la costa o en cualquier lugar de Tailandia, Indonesia, Marruecos y todas esas ciudades que tienen mercados típicos, visitados por turistas de todo el mundo suceden estas cosas y muchas más.

Como por ejemplo haciendo las cosas muy aseadas para que todos puedan comer, el ambiente lleno de polvo o simplemente el aire libre pueden causar cierto grado de contaminación a lo que se consume.

Pero lo que sí puedo asegurarte es que te vas a deleitar visitando el lado izquierdo donde antiguamente terminaba lo que se llamaba las calles de las vacas hoy en día calle 30 y comienza la vía 40, arteria principal de Barranquilla. Intendencia fluvial es la casa patrimonio de la ciudad donde funcionan la sede de “Secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo”.





La orilla del río, parte que se ha logrado recuperar y la gente más linda y humilde de Barranquilla  está manejando los negocios de comidas típicos, con sus pequeños restaurantes y deliciosa comida que no tiene un alto costo, bien preparada y con ese sabor costeño que nos atrae cuando nos alejamos mucho de nuestra tierra colombiana.

Quiero decirte que cuando como algo que me gusta, no puedo guardar la suficiente compostura para comer elegantemente. Precisamente hoy estuvimos en ese lugar y nos comimos un plato riquísimo que como puedes ver en la fotografía, no le faltaba nada.




La entrada y para entonar el estómago una sopa de pescado que me gusta mucho. Como seco, así como se dice en Barranquilla, ciudad en la que he vivido casi toda mi vida. Me sirvieron arroz de coco, sin aditamentos, arroz de coco rallado a mano con uvas pasas, la consabida ensalada de lechuga, tomate y cebolla, media mojarra rosada, yuca harinita como nos gusta a todos y un vaso de agua panela bien grande, sin olvidar el aguacate yo digo casi sin temor a equivocarme es de las cosechas del Carmen de Bolívar.



Siempre que como en este lugar quedó totalmente llena, hoy por ejemplo me comí el pedazo de mojarra con las manos sin lavar, no deje ni un grano de arroz en el plato, porque sentía que no iba a dormir tranquila si desperdiciaba cualquier poquito de esa comida barranquillera preparada con tanto amor por esas personas humildes que se ganan el día a día cocinando para toda clase de público.

Mis ojos se iban detrás de los uniformes blanquísimos de los grumetes o no sé qué de la base naval de Barranquilla, quienes acompañados por sus superiores comían en el lugar. No me explicaba y se lo comentaba a mi compañero de mesa: ––Como pueden mantener tan limpios esos uniformes blancos. Si mi ropa blanca a la nada se ve opaca y mal––

Debemos enorgullecernos de que nuestros jóvenes colombianos sean personas de valor, sin importar su condición social o rango en las instituciones. Estos jóvenes son reflejo de los adultos que han ayudado a su formación.



Hoy quiero decirte que soy una madre orgullosa, al saber que mis hijos se equivocan, tropiezan y muchas veces caen, pero sé que se levantan, aprenden de sus fracasos y caídas y el día de mañana serán excelentes maestros, debido a que saben lo que es ser jóvenes y aprender de la mejor manera, que la misericordia y el amor son lo mejor para forjar nuevas juventudes, que sean de valor.

¿A qué padre o madre le gusta que sus hijos aprendan de un mal maestro? Los buenos maestros son el tesoro de una nación, dan base para que las personas refuercen su identidad cultural, personal y nacional.

Ningún valor o buena costumbre de una nación como Colombia debería tropezar e impedir hacernos mejores personas. La vida cambia, las personas cambian, pero hay algo inmutable y ese que no tiene sombra de variación es Dios.

Dios te bendiga